Fuente: www,laregion.bo
En Santa Cruz de la Sierra, ha surgido una iniciativa que va más allá de la creación de muebles: es una historia de transformación y oportunidades. Recicladores de esta ciudad con el apoyo de la Fundación Amigos de la Responsabilidad Social (Amigarse) han dado vida a un proyecto innovador utilizando pallets de madera como materia prima clave.
Esta idea germinó en tiempos difíciles, cuando los recolectores se vieron impedidos de trabajar debido a conflictos político-sociales de Bolivia y, más adelante, a la pandemia por Covid-19, en 2020. Ante esta coyuntura, Amigarse vio la necesidad de capacitar a estos trabajadores en nuevas habilidades. Fue así como se planteó el proyecto de transformación de pallets, aprovechando la madera de pino donada por diversas empresas.
“Esta es una madera noble, durable en el mercado y accesible gracias a las donaciones recibidas”, explica Sisy Sevilla Añez, coordinadora de Proyectos de Amigarse. El proceso comenzó con la capacitación en carpintería básica: desde el desarmado cuidadoso de los pallets hasta el acabado final con barnizado sellado. Cada paso del proceso no solo enseñó a los recolectores a trabajar la madera, sino también a valorarla como recurso renovable y a gestionar los residuos de manera responsable.
Raúl Paucara, maestro principal del proyecto, participó junto a otros 20 recicladores de dos fases de capacitación. La primera se centró en habilidades básicas y la creación de proyectos individuales, mientras que la segunda perfeccionó técnicas para la producción en serie. “Es importante no solo aprender a crear, sino también a comercializar”, comenta Sevilla, señalando los desafíos del mercado para productos que no solo tienen un fin comercial sino que tienen un impacto en el medio ambiente.
En la carpintería, instalada en el Parque Industrial de Santa Cruz, se pueden apreciar libreros, portabotellas, un bar rústico y marcos para fotografías, entre otras piezas. “Hemos aprendido de cero, no fue fácil pero hemos logrado terminar productos muy bonitos. Cada pieza es única ya que no construimos aún en serie”, comenta Paucara.
El impacto de este proyecto va más allá de la producción artesanal. Con indicadores impresionantes como la absorción de 6.420 toneladas de CO2 y el reciclaje de 256,8 kilos de materiales solo en primera etapa de producción, esta iniciativa demuestra un impacto favorable para el medio ambiente y sobre todo para los recolectores que tienen en la carpintería ecológica una nueva oportunidad.
Para los recolectores involucrados, este proyecto representa más que una fuente de ingresos, es una oportunidad de crecimiento personal y profesional. “Es una alternativa que pueden complementar al reciclaje en momentos de crisis”, destaca Sevilla.
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