En un importante acto se mostraron los resultados de 8 años de trabajo de dedicación en la formación de estudiantes de escasos recursos pero con grandes potencialidades. La Casa Melchor Pinto fue el escenario donde se compartieron los logros y se conocieron cuatro exitosas historias de vida, que inspiran a más empresas y personas para que hagan realidad los sueños de más jóvenes bolivianos.

Desayuno, flores, medallas, aplausos, testimonios, abrazos y lágrimas de felicidad caracterizaron el acto de presentación de los resultados de 8 años de trabajo que realizaron, como aliados estratégicos, Fundación Viva y Fundación Amigarse para favorecer a los 33 jóvenes del programa Luz de Luna de cinco departamentos de Bolivia.

“Comer una galleta y tomar agua con azúcar, eso era mi alimento cuando estaba estudiando”, expresó con la voz entrecortada Moisés Bejarano, becario Luz de Luna, que recordó el momento más crítico de su vida universitaria. El latido del corazón de los asistentes aumentó ante esta expresión que reflejaba el capítulo que, a diario, viven miles de jóvenes que se atreven a luchar por el sueño de ser profesionales pero que no tienen las condiciones necesarias para llegar a la meta. Las lágrimas, sin duda, fueron el preludio al llanto que muchas personas no pudieron contener. Al mismo tiempo, los aplausos y los vítores acompañaban a Moisés como reconocimiento a su osadía de desafiar a la vida para lograr su sueño, ser profesional, ser líder y emprendedor.

Heiver Andrade, director de Fundación Amigarse, sostuvo a Bejarano con un fuerte abrazo para tomar el micrófono y contar la historia del joven, hijo de campesinos que migraron del área rural de Chuquisaca a San Julián.

“El programa Luz de Luna es esa lucecita al medio del camino para los jóvenes que no tienen el centavo necesario para el transporte, la fotocopia o el alimento. Moisés llegó con esa cara humilde y llena de esperanza a Amigarse solicitando apoyo. La Fundación Viva le dio la mano para hacer posible su formación. Ahora tenemos a este joven que, con su emprendimiento de la vidriería Bejarano, da empleo a más de 10 universitarios, quienes siguen su camino, trabajan y estudian para ser ciudadanos responsables”, finalizó Andrade.

Marvin Flores, bioquímico, trabaja en la Caja de Salud de Caminos, regional Oruro; Lidia Yana, nutricionista, da apoyo en el municipio paceño asistiendo en el programa de desayuno escolar; Kely Encinas, licenciada en Turismo, ejecutiva en la Fundación Amigarse, con sus historias de vida representaron a los 33 jóvenes becarios que accedieron a la formación superior gracias al apoyo de la Fundación Viva y la Fundación Amigarse.

Juan Pablo Calvo, presidente de la Fundación Viva, y Claudia Cárdenas, directora ejecutiva, manifestaron que los resultados de los años de inversión en este exitoso programa representan el compromiso social que la empresa asumió con mucho entusiasmo. El impacto es muy grande, destacaron, e invitaron a más empresas a invertir, dar oportunidad a más jóvenes del país que requieren del apoyo económico y de seguimiento para lograr una educación superior de calidad.

El evento se cerró con la presentación de la memoria digital y el video con las historias de vida de Luz de Luna destacados y emprendedores, materiales que están disponibles en la web de la Fundación Amigarse.

PROGRAMA LUZ DE LUNA DE LA FUNDACIÓN AMIGARSE

Desarrolla un programa de formación integral que beneficia a jóvenes de la base de la pirámide, de escasos recursos pero con grandes potencialidades académicas y de liderazgo. Los postulantes deben presentar documentos, notas académicas y aplicar una entrevista para ser evaluado.

“Formamos a los ciudadanos que este siglo necesita, responsables con su familia, aliados del medioambiente, amigos de la sustentabilidad y la resiliencia”, indicó Adela Nagashiro, directora del programa Luz de Luna de la Fundación Amigarse.

Fuente: Amigarse